Una evaluación nacional de ecosistemas es un proceso impulsado a escala nacional para desarrollar una síntesis actualizada, exhaustiva y crítica de los conocimientos sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas, así como sobre sus interrelaciones con las personas. Estas evaluaciones se contextualizan para adaptarse a las necesidades nacionales y responder a cuestiones específicas en materia de políticas.
Las evaluaciones nacionales de ecosistemas exponen el estado y las tendencias en materia de diversidad biológica y servicios de los ecosistemas en un país determinado, sus factores de cambio, los impactos presentes y futuros de esos factores, las implicaciones para quienes dependen de la naturaleza y la eficacia de las intervenciones y respuestas que buscan contrarrestar la pérdida de biodiversidad.
Con el fin de resultar creíbles, legítimas y pertinentes, las evaluaciones de ecosistemas nacionales reúnen una serie de tipos de conocimiento y hacen partícipes a una amplia gama de partes interesadas. Su objetivo es abordar cuestiones políticas específicas para potenciar la plena consideración del valor de la naturaleza en la adopción de decisiones.
La Iniciativa NEA presta apoyo a los países para que adapten el proceso desarrollado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) con el fin de llevar a cabo evaluaciones de ecosistemas. El objetivo es adaptar las evaluaciones nacionales de ecosistemas a las necesidades y circunstancias específicas de cada país, de forma que se facilite un mayor apoyo a la adopción de decisiones.
Fases de la evaluación
El proceso de evaluación nacional de ecosistemas consta de cuatro fases fundamentales:
- Análisis inicial: Esta primera fase del proceso de evaluación explora cómo y por qué podría llevarse a cabo una evaluación y define las preguntas clave que deben abordarse. El principal resultado de esta fase es un informe de análisis inicial.
- Valoración: Es la etapa en la que se lleva a cabo la evaluación de los conocimientos existentes en materia de diversidad biológica y servicios de los ecosistemas, en función de las preguntas clave identificadas durante la fase de análisis inicial. Los principales resultados de esta fase son un informe técnico y un resumen para los encargados de formular políticas.
- Aprobación: En esta fase, las partes interesadas, en particular el gobierno, aceptan el informe técnico y aprueban el resumen para los encargados de formular políticas. Esto incrementa la probabilidad de que los mensajes clave se utilicen para fundamentar los procesos de toma de decisiones.
- Uso de los hallazgos de la evaluación: Una vez aprobada la evaluación, se desarrolla un plan de acción para facilitar la integración de los hallazgos de la evaluación en la toma de decisiones. En este punto arranca la labor de potenciar la consideración del pleno valor de la naturaleza en los procesos de formulación de políticas.
